TECNOLOGÍAS DE INFORMACIÓN Y COMUNICACIÓN (TICS) Y PSICODIAGNÓSTICO
María Elena Ocampo7
El uso de las nuevas tecnologías al servicio de la evaluación psicológica es de larga data. Desde que se fueron desarrollando los recursos informáticos se crearon programas destinados a ahorrar esfuerzo y tiempo en las tareas de clasificación, puntuación e interpretación de resultados. Las restricciones a la libre circulación y a la proximidad interpersonal determinadas por los gobiernos a raíz de la pandemia de Covid 19, volvieron necesaria la administración a distancia de técnicas de exploración, a fin de realizar las evaluaciones que eran impostergables.
Las evaluaciones mediadas por pantalla no eran desconocidas en el área laboral, donde la posibilidad de trabajo virtual en una empresa remota volvía normal la realización de entrevistas y pruebas diversas administradas a través de una pantalla; pero su uso no se extendía al área clínica, ni a las pericias forenses y estudios realizados en el área educacional. Al volverse necesario aplicar técnicas a distancia durante la pandemia, se volvió urgente considerar cuáles de ellas se adaptaban sin desmedro de su validez y confiablidad al nuevo contexto.
Las técnicas de exploración en general no fueron desarrolladas para su administración a distancia, lo cual pone en cuestión la extensión de sus cualidades al aplicarlas de manera distinta a la usada para su estandarización. Esto plantea la necesidad de investigar las técnicas, comparando los resultados obtenidos con las modalidades presencial y virtual, una tarea que aún está por realizarse.
Pero es posible hipotetizar sobre el tema considerando los lenguajes en los que se plantean las tareas al sujeto, y en que el mismo expresa su producción. Hay heterogeneidad entre las distintas familias de técnicas, las gráficas, las verbales y las de performance. También es útil considerar el objetivo perseguido, que es diferente en las técnicas psicométricas y las proyectivas.
Los cuestionarios, y en general las técnicas psicométricas, se adaptan bien a la digitalización, dada su estructura de respuestas verdadero-
En las técnicas proyectivas, donde se operacionaliza la proyección, la cuestión es más difícil, ya que el funcionamiento de la misma depende en alto grado del modo de presentación del estímulo. Una cosa son las técnicas exclusivamente verbales, como la entrevista o el Cuestionario Desiderativo, y otra las técnicas que tienen estimulación gráfica, como los tests de láminas, donde la producción verbal del sujeto llega cómodamente al psicodiagnosticador, pero no se tiene completo control de lo que el sujeto ve en su pantalla. En cuanto a las técnicas gráficas, el estímulo que pone en marcha la tarea es verbal, la consigna impartida por el psicólogo, pero al considerar la producción en una captura de pantalla o en una foto, se pierden elementos formales esenciales para la interpretación.
En cuanto a las técnicas que enfocan directamente las características de la percepción, esto es el test de Rorschach y su primo cercano, el Z test o test de Zulliger, si bien se han realizado y seguramente continúan realizándose investigaciones para verificar su aplicabilidad a distancia, nos adherimos a la postura adoptada por la Sociedad Internacional de Rorschach, que no la acepta. Todos sabemos que el uso de láminas distintas de los únicos originales, de origen suizo, constituye una falta de ética, por pretender extender los conocimientos acumulados con el uso del material original a un estímulo que no guarda identidad con el estandarizado. Por añadidura, el Rorschach considera la conducta motriz del sujeto con la lámina (material) como una rica fuente de información; en la aplicación a través de la pantalla desaparecen los Fenómenos o Códigos Especiales relacionados con la manipulación, los cambios de posición de la lámina, etc. ¿Cómo se podría controlar, por otra parte, el grado de brillo y la calidad de la reproducción de los colores en la pantalla del sujeto?
Por mi parte, la práctica de entrevistas virtuales durante la pandemia me permitió advertir que la mediación electrónica producía ciertos efectos en la comunicación, que no tenían tanto que ver con la forma de la comunicación verbal, ni con su contenido, sino con aspectos del encuadre. El cambio en el dispositivo de la entrevista introducía nuevas características en la pantalla proyectiva, desplazando parcialmente la centralidad del código verbal, y permitiendo la aparición de fenómenos de retórica de la imagen, así como actuaciones.
La continuidad de la conexión, que depende del equipo de cada participante, de su destreza tecnológica y del estado de las redes, siempre bajo la amenaza de interrupción, constituye una prueba de las funciones yoicas de tolerancia a la frustración y control de la ansiedad. La agilidad en la superación de las dificultades da prueba de la adaptación a la realidad.
En cuanto al tema de la imagen, se trata de varias imágenes: la del sujeto, la del psicodiagnosticador que aparece en recuadro pequeño, y la del fondo que se muestra opcionalmente, ya que a veces se usa el recurso de esfumarlo o cambiarlo por una imagen diferente. Dichas imágenes tienen una función connotativa del discurso verbal, se relacionan con el narcisismo y con la distribución de la catexia de atención. Se ilustrará el tema con viñetas clínicas. El fondo, que revela u oculta el entorno del hablante, nos remite a una dimensión performativa no verbal, que refleja modalidades protectoras del límite entre self y no self. Se trata de operaciones defensivas operadas en este caso desde la conciencia, con una finalidad evitativa o, a veces, manipuladora.
La conducta de los sujetos denota a veces una pérdida de distancia imaginaria respecto del psicólogo. Esta “aproximación” se refiere tanto a la ilusión de proximidad física sostenida por la imagen en la pantalla, como a la pérdida de la discriminación a nivel de la distancia simbólica de uno y otro en la entrevista.
Otro tema de interés a considerar en la entrevista mediada por pantallas es el del respeto a la privacidad de la entrevista, definido en el contrato inicial, o su transgresión. Esta conducta, que expresa una resistencia no pocas veces consciente por parte del entrevistado o, a veces, de su entorno, obliga a interrumpir la entrevista si no se modifica al ser señalada; en caso de administración de una prueba, la validez resulta severamente afectada.
En definitiva, consideramos provisoriamente que la entrevista “a distancia”, mediada por dispositivos electrónicos, es un instrumento que comparte muchas características con la entrevista presencial y también ostenta marcadas diferencias. Presenta particularidades que posibilitan fenómenos de comunicación que le son propios, y que favorecen a modo de pantalla la proyección y su lectura interpretativa.
La mediación de la conexión por dispositivos electrónicos sitúa el campo de la entrevista en un espacio virtual que, gracias a la imagen, produce un efecto de presencia, y en dicho espacio se facilitan los deslizamientos entre el Principio de Realidad y el Principio de Placer. La retórica verbal se une a la retórica de la imagen, y el dominio técnico sobre la imagen incrementa la omnipotencia, facilitando la regresión estructural del aparato psíquico del yo-
7 Licenciada en Psicología, Matrícula Profesional 899. ADEIP, Argentina. mariaelenaocampo14@gmail.com